Información General
Información General
Nombre del municipio: PITALITO
NIT: 891180077-0
Código Dane: 41551
Gentilicio: Laboyano
Otros nombres que ha recibido el municipio: El Valle de Laboyos
San Juan de Laboyos
Escudo
Escudo de PITALITO
ASPECTO GEOGRÁFICO:
La forma y fondo del Escudo representa el valle donde está ubicado el Municipio; la franja azul representa los ríos Magdalena, Guachicos, Guarapas y la Laguna de Guaitipá.
ASPECTO ECONÓMICO:
Está representado por la silueta de una herradura en honor a la Feria Artesanal y Equina que se realiza en el mes de Noviembre; la Guayaba representa la parte agrícola abundantemente cosechada aún sin cultivarla.
ASPECTO CULTURAL:
Representado por la silueta amarilla de una vasija de barro, en representación de la cerámica laboyana conocida en el ámbito Nacional e Internacional con la famosa chiva, la industrialización de la cerámica está representada por el torno, herramienta fundamental donde se encuentra la fecha de fundación y el nombre de nuestro pueblo.
ASPECTO HISTÓRICO:
Representado en la base del torno, donde se encuentra San Antonio y la fecha de fundación, simboliza el nacimiento de Pitalito. Los anteriores símbolos están sostenidos por una silueta blanca de dos manos que representa la amistad y laboriosidad de todos los Laboyanos.
DESCRIPCIÓN DE LA BANDERA
La Bandera está compuesta por tres colores dispuestos en forma vertical (Verde, Blanco y Azul), que significa:
EL COLOR VERDE: Ocupa el 50% del área total de la Bandera; expresa la fertilidad y grandeza del Valle de Laboyos y la esperanza predominante en la mentalidad Laboyana encaminada hacia un futuro mejor y heredada de las tribus que habitaron esta región. En éste color está impregnado nuestro ancestro indígena representando un proceso evolutivo desencadenado en el deporte y la cultura de nuestra gente.
EL COLOR BLANCO: Es el color central y corresponde al 25% de la Bandera, representa la idea que tuvieron los fundadores de Pitalito de edificarlo, sobre una zona de pureza y paz, que hoy se ve complementada por la sabiduría, simpatía y hospitalidad que imparte el pueblo Laboyano a todos los visitantes.
EL COLOR AZUL: Simboliza las apacibles aguas de los Ríos, Quebradas y Lagunas, que son fieles testigos del nacimiento y desarrollo del pueblo Laboyano, cubre el restante 25%.
Himno
Autor: Letra: Juan Carlos Ortiz.
Tierra de Música y fuego
Manantial de bellos sueños
Hamaca de mil colores
Donde se mece el sureño.
Valle grato y campesino
Que una vez fuiste laguna
El sol se bebió tus aguas
Formando así nuestra cuna.
Pueblo que entrega su vida
Para salvarnos mañana
Con los ríos de sus venas
Que son sangre Laboyana.
Uniremos a tu risa
Un grito de salvación
Para contarle a Colombia
Que somos de su nación.
Si has de morir por nosotros
Morirás de simpatía
Y yo moriré contigo
Pitalito tierra mía.
Si otro patrón te esclaviza,
Y nos roba tu amistad
El clamor de tus paisanos
Te dará la libertad
Otros símbolos
PITALITO TIERRA MIA!
La ideal general de éste Proyecto es el de promover y generar sentido de pertenencia y concientización en todos sus habitantes para que quieran, respeten y conserven la ciudad, tanto en lo social como en lo cultural, que sean conscientes de ello, lo asuman como propio y participen de esa transformación.
Fecha de fundación:13 de junio de 1818
Nombre del/los fundador(es): José Hilario Sierra
Reseña histórica: ORIGENES Y FUNDACIÓN DE PITALITO
El Presbítero y Doctor José Hilario Sierra fueron nombrados ya en propiedad cura de la viceparroquia de Los Laboyos en el año de 1818. En éste año algunos de los vecinos de la Viceparroquia, resolvieron construir sus casas de habitación en el sitio que denominaban Pitalito, situado a dos leguas al noreste de los Laboyos, atraídos por lo pintoresco de la región, por la feracidad del suelo, la bondad del clima y la abundancia de sus aguas así como de materiales de construcción. A éstos siguieron otros y otros en el mismo año, dando por resultado que la Aldea de los Laboyos se despobló en muy poco tiempo, porque casi todos sus habitantes se trasladaron a poblar la región de Pitalito en la hacienda de Cálamo y colindando con la hacienda de Solarte donde existían ya más de dos mil cabezas de ganados vacuno y caballar.
El progresista Doctor Sierra, viendo que se le dispersaba la ley, resolvió, en cumplimiento de su ministerio, seguirla, como buen pastor que era, por lo que hubo de trasladarse al lugar recién poblado en donde construyó una pequeña capilla pajiza para administrar los Santos Sacramentos y celebrar el sacrificio de la Misa. Esa capilla, la primera que hubo en aquel lugar, estaba situada en donde se encuentra en la actualidad el templo de San Antonio, a cuyo frente el Doctor Sierra demarcó la plaza, y a sus costados las calles de la nueva población, lo que se efectuó en el año de 1819.
Transcurridos tres años y habiendo aumentado de manera considerable el vecindario, se dotó de alcalde la nueva Aldea, habiendo sido designado para tal puesto Don Jorge de Cuellar, hijo de Don Luis de Cuellar, persona importante de la villa de Timan, uno de los más ricos propietarios de la región y persona de noble abolengo, hijo de Don Jerónimo de Cuellar, natural de los Reinos de España en Andalucía, así como su hijo Luis Cristóbal.
A Don Jorge de Cuellar, le sucedieron en el desempeño de la Alcaldía en los años de 1825, 1826 y 1827 los señores Juan Francisco Molina, José María Calderón y Leandro Parra, respectivamente.
En 1823, fueron creados también dos Juzgados Viceparroquiales, entrando a desempeñar el primero de ellos el señor Leandro Parra, que lo ocupó por más de un año.
En 1822, fue nombrado Cura de Almas de la Viceparroquia de Pitalito, el presbítero Don Jerónimo España, quien como primera medida estableció, con no poco trabajo, el mercado semanal, que se hacia los domingos después de la misa. Durante los años de 1824, 1825 y 1826 estuvieron encargados de la viceparroquia los señores curas: Pedro José Joaquín Gerardino, En éste último año de 1826 se hizo cargo nuevamente del curato de la viceparroquia, el presbítero Don Jerónimo España quien ejerció durante nueve años consecutivos su sagrado ministerio en la ya floreciente población.
Aunque en la ley del 25 de junio de 1824 y posteriormente en el decreto ejecutivo de 19 de mayo de 1825, dictado por el vicepresidente de la República de la gran Colombia, Francisco de Paula Santander, se arregló la división territorial de una parte del entonces departamento de Cundinamarca, al que quedó anexada la provincia de Neiva, no se hizo mención de Pitalito, ya en aquel año era distrito parroquial, como lo prueban los documentos que existían en su alcaldía y las comunicaciones oficiales de aquel entonces, sin que se conozca la providencia en que se decretó la erección. La vice parroquia de Pitalito perteneció hasta 1819 al gobierno de San Agustín y desde éste año hasta 1824, a la villa de Timan.
Aunque no se tiene conocimiento de la providencia en que se decretara la creación de la parroquia de Pitalito, es lo cierto que en el año de 1824, ya contaba con todo el tren administrativo en lo civil, y con cura propio en lo eclesiástico, quedando dependiente para lo primero de la villa de Timan, capital, desde aquel año del Cantón de su nombre, que al año siguiente fue trasladado a Garzón, y para lo eclesiástico, dependía de la Diócesis de Popayán. En 1826, fue nombrado nuevamente para cura de almas de la parroquia de San Antonio de Pitalito el presbítero Don Jerónimo España, quien duró en el desempeño de su curato hasta 1835. Este venerable sacerdote no se contentaba solamente con la cura de las almas, comprendiendo que no solamente en el adelanto espiritual debía emplear la influencia de su sagrada misión, sino también debía mejorar el medio y la condición en que vivían la mayor parte de sus feligreses; desplegó todo el esfuerzo de su celo apostólico por el progreso material de la incipiente población, llegando a coronar su obra en el término de nueve años. En su honor un Colegio Municipal de Pitalito lleva su nombre.
Ya hemos visto que en el año de 1823, logró establecer, tras larga brega, el mercado publico los domingos, y que gracias a su espíritu progresista la naciente población había entrado ya en una era de verdadero adelanto. Entonces, habiendo observado en 1832, que la capilla construida por el Doctor José Hilario Sierra, por sus escasas dimensiones era insuficiente para alojar a todos los fieles que concurrían a las sagradas ceremonias, pensó en ensancharla, dándole ya la apariencia de un templo de mejores proporciones, y con el fin de obtener el permiso de su inmediato superior para llevar a cabo esta nueva obra de adelanto, dirigió un oficio el 29 de marzo del mismo año mencionado, al Doctor Don Salvador Jiménez de Enciso y Cobos Padilla, Obispo de Popayán, solicitándole el permiso deseado para levantar sobre ella un templo de bahareque con comodidades y competencia para los feligreses. La licencia no se hizo esperar porque ya aquel prelado tenía conocimiento de la importancia de la nueva población. En comunicación del 12 de abril del mismo año, le fue concedido, e inmediatamente se dio principio a la obra, que en breve estuvo terminada. Este templo ocupó el mismo lugar en que estaba ubicada la primera capilla, y en el que años después se construyó la actual Iglesia de San Antonio; Y subsistió hasta el año 1850 cuando se construyó otra capilla en el costado sur de la misma plaza, por haberse destruido la primera. Fue reemplazada por una capilla de bahareque y teja construida en el costado norte, también de la plaza principal, la que subsistió hasta 1875, al ser construida la Iglesia de San Antonio, de mampostería y teja que, con reformas de consideración, es la que aún existe y es sede de la parroquia del mismo nombre.
También en la administración del Padre España y a instancias suyas, la señora Catarina Artunduaga donó en 1835, a la iglesia, el terreno donde estaba construida y el solar donde se iba a levantar la casa para el cura, así como el área para la plaza y algunos solares que estaban ocupados por particulares, para los pobladores de la nueva locación y sus descendientes, como consta en el siguiente documento que reposaba en los archivos municipales.
“Conste por el presente documento, como yo Catarina Artunduaga, desde vecindario de Laboyos, comprensión del cantón de Garzón, legitima dueña de un pedazo de Tierras sitas en el Pitalito, los mismos que hube por herencia de mi finado padre, por mí y a nombre de mis descendientes y ascendientes hago donación a todos los vecinos, estantes y habitantes de esta parte para ellos y sus sucesores y para cuantos puedan avecinarse y a cederles, a saber del terreno que ocupa la plaza, el que ocupa la iglesia y un solar de cincuenta varas cuadradas en donde está edificada por el vecindario la casa para el Cura, todo lo que he cedido en perpetua donación por mi libre y espontánea voluntad, y lo tengo entregado y segregado de mis bienes desde el año de mil Ochocientos diez y ocho (1818) en que se comenzó ésta vice parroquia y para que en ningún tipo se ofrezca disturbio o alegato sobre ese particular otorgo el presente documento que quiero valga por una escritura enaxenticia protestando no decir de nulidad las leyes que a mi favor hagan la general que lo prohíbe, siempre por falta de cláusula o expresión que aquí no aparezca, desee de valer este documento en juicio o fuera del, pues todos los doy por expresadas e insertos, y para constancia otorgo el presente que firma a mi ruego el señor cura párroco Presbítero Jerónimo España, y testigos que viven en esta vice parroquia de Laboyos a los doce días del mes de diciembre del año mil ochocientos treinta y cinco (1835). A ruego de la señora Catarina Artunduaga, Jerónimo España B. Testigo José de Andrade. Tgo. Manuel Calderón. Tgo. Miguel Molina. Tgo. Joaquín Trujillo. Tgo. Julián Sánchez. Tgo. Ignacio Cabrera. Enero 25 de 1836. Archívese este documento en el archivo de éste distrito para seguridad de los interesados Julián Sánchez, Testigo Ignacio Cabrera, Miguel Molina”.
Descripción Física: UBICACIÓN GEOGRÁFICA:
Pitalito está ubicado al sur del Departamento del Huila sobre el valle del Magdalena y en el vértice que forman las cordilleras central y oriental a 1.318 más sobre el nivel del mar y a unos 188 Km de la Capital del Huila. Es considerado la Estrella Vial del Surcolombiano por su localización estratégica, que permite la comunicación con los Departamentos vecinos del Cauca, Caquetá y Putumayo.
El tamaño de su población de acuerdo con el último censo DANE 2005, en total del Municipio es de 109.375 habitantes, distribuidas 64.082 en el área urbana y 45.293 en el área rural.
Límites del municipio: Al Norte con los municipios de Timan, Elías y Saladoblanco, al Occidente con los municipios Isnos y San Agustín, al Sur con el municipio de Palestina y al Oriente con el municipio de Acevedo.
Extensión total: 666 Km2
Altitud de la cabecera municipal (metros sobre el nivel del mar): 1000-1800
Temperatura media: 18 y 21ºC
Distancia de referencia: distancia de la Capital del Huila, Neiva 188 Km
El Valle de Laboyos, hace parte del Macizo Colombiano y del Cinturón Andino, declarado por la UNESCO en 1972, Reserva de la Biosfera.
La ubicación estratégica le permite gozar de condiciones ambientales privilegiadas que le han llevado a ser considerado, como uno de los municipios con el mayor número de predios adquiridos para la protección de microcuencas.
Su territorio integra el Parque Regional Natural Cueva de los Guácharos-Puracé, en el que se han desarrollado procesos de planificación territorial ambiental, cartografía comunitaria, redes comunitarias de conservación, grupos de monitoreo de biodiversidad y proyectos productivos sostenibles. Cabe resaltar qué estas experiencias han sido catalogadas como modelo de conservación en el País.
Además, fue uno de los primeros municipios en constituir, el Parque Natural Municipal, estrategia de conservación en donde se integra la reserva pública y privada para la preservación de los ecosistemas hídricos que garantizan el abastecimiento del acueducto municipal.
Estudios realizados por entidades de investigación de la Biodiversidad, demuestran la existencia en éste territorio de importantes especies de Flora y Fauna, muchas de ellas incluidas en las listas de la UICN, en peligro y en vía de extinción como por ejemplo: El Roble Negro, La Orquídea, La Guadua, El Oso Andino, La Danta de Páramo, El Atlapetes Oliváceo, El Pato Colorado, La Reinita Naranja entre otras.
Poseemos importantes fuentes económicas, que están proyectando a Pitalito como el centro de desarrollo del Sur Colombiano alrededor del cual giran muchos de los mercados de nuestro departamento y de los departamentos vecinos como el Caquetá, Putumayo y Cauca; sus principales generadoras de ingresos son el sector Agropecuario, el Comercio informal y la Prestación de Servicios.
Somos considerados el primer y mayor productor de café en el País, con 11.700 hectáreas sembradas; reconocidos a nivel Internacional por la Calidad y Posicionamiento de los llamados Cafés Especiales que se comercializan en los grandes mercados mundiales. Además nos posicionamos como grandes productos en frutales de clima frío moderado entre los cuales están: la Granadilla, Mora, Lulo y Golupa.
Dinamiza la economía local con el servicio de Transporte Público de pasajeros concentrado en la Terminal de Transportes de Pitalito, única en el sur del Huila.
Aéreas: Aeropuerto Contador a 6 Km de la ciudad por la vía a San Agustín.
Terrestres: A 3 Kilómetros de llegar a la Ciudad de Pitalito por la vía panamericana, que comunica el centro del país con los Departamentos de Putumayo y Cauca y el vecino país del Ecuador, los turistas que visitan el sur del país se encuentran con la mas amplia galería y exposición pública de obras de arte como muestra del talento artístico, característica que identifica al pueblo Laboyano.
Fluviales: No hay, aunque es surcado por el río Guarapas, su caudal no soporta naves acuáticas.
Fecha de publicación 09/04/2024
Última modificación 22/07/2024